La realidad de las cosas no siempre es evidente a primera vista.

sábado, 19 de septiembre de 2009

!Jue jelipe y la manga del muerto!

Ahora resulta que la derrota electoral del PAN en Jalisco en los pasados comicios del haciago julio de 2006 fue porque el presidente Felipe Calderón no hizo bien su tarea. Se trata de las conclusiones del propio PAN procesadas en lo íntimo de sus alcobas, lejos del mundanal ruido: la noticia corrió entre algunas notas perdidas en algunos medios de comunicación y al caer la tarde nadie sabía del asunto. Un tema para el olvido. Lo preocupante es que con una mentalidad como es la misma con la que se gobierna en Jalisco el poder ejecutivo y los próximos 46 municipios gobernados por el PAN a partir del siguiente periodo.

En el registro del discurso (al menos el que llegó a la prensa) no aparecen los delirios y la cara torcida del gobernador de Jalisco (ese meneadito entre adicto a alguna droga, un problema mental serio) sus insultos al pueblo y sus críticos, su empeño por sostener una colección de colaboradores de primera línea con bajos bonos por decisiones y su pésima imagen ante la opinión pública. El caso del secretario de salud de Jalisco es a penas una de varias piezas realmente de colección.

Una de dos: o el PAN ya se dio por perdido en Jalisco (con la esperanza de volver luego de varios periodos futuros) o realmente no sabe que cayó en aquello que como oposición condenó durante años: autoritarismo, captricho, gasto inútil, confundir lo sustantivo con lo adjetivo, desprecio por el pueblo, insultos y represión a la oposición crítica, embelesamiento con su propia imagen y alianzas insanas con quienes no debiera... el estúpido juego del gobernador de poner al gobierno del estado en calidad de monaguillo de quinta categoría no se registra como pérdida sino como triunfo. La tentación de burlarse del PAN en Jalisco es grande, pero es cosa seria: llevará años reconstruir los daños por decisiones tan torpes y garrafales que está montando en el estado. ¿Ejemplos? Sembrar de fraccionamientos sin la correspondiente infraestructura urbana, vial y de servicios públicos; incrementar la densidad demográfica con sus terribles consecuencias en nombre de altas tasas de ganancia para quién sabe qué intereses mezquinos. Ay Emilio: tu sueño de competir por llegar a los Pinos es tan patético como inviable. Que siga la fiesta.

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