La realidad de las cosas no siempre es evidente a primera vista.

domingo, 12 de octubre de 2008

Extorsióneme usted

El problema del narco (su ser y su hacer) corre por muchos y complicado carriles; de entrada pueden verse tres: a) la condición humana en su aspecto sórdido de delincuencia e
ilegalidad; b) los intereses económicos y el impacto sobre la sociedad por la
delincuencia en general y el narco en particular; c) la intervención del estado
/ gobierno al respecto.

Considero que una comprensión insuficiente sobre estas tres vertientes
constituye un factor adicional que dispara el problema a situaciones que
parecen inverosímiles y descabelladas, incluyendo la impresión de que la delincuencia y el narco superaron al poder político por una complicada vía.

Las medidas de violencia bruta y estentórea (como meter en la jugada al "ejército" porque tienen armas de más grueso calibre, tanquetas y morteros) aumentar penas de cárcel para el caso de que los procesen) lejos de resolver el problema, meten a la sociedad y al gobierno en una escalada con grandes y graves daños colaterales para la población. Ni qué decir de la infiltración del narco en el aparato gubernamental: por ahí es preciso empezar a hacer la tarea.

Se requiere medidas inteligentes: conocer la trabazón psicológica y el perfil psicosocial del sector que opta por la puerta falsa (la delincuencia) ubicar los factores que llevan a estas personas por esa ruta. Adicionalmente, se requiere explorar la trabazón social y económica de la delincuencia en general y el narco en particular y actuar a ese nivel, cortando lazos, aprovisionamientos, guaridas institucionales, movimientos financieros y bancarios, resguardos económicos y toda la maraña denominada "lavado de dinero"; cortar aprovisionamientos en armas y todo lo que se requiere para la logística de mover grandes cantidades de droga. Es preciso simultáneamente
cortar "por arriba" (mandos, operación financiera y logística industrial) y también por "abajo" en el nivel del narcomenudeo. En el camino, hacer una intervención para prevenir, identificar y cortar con la red de infiltrados de la delincuencia organizada en los espacios del gobierno; esta parte es delicada por el nivel de riesgo: el mismo encargado de perseguir al narco puede ser un
narco... así de grave está la cosa.

No encuentro evidencia de logros significativos en la batalla del gobierno federal contra la delincuencia y el narco. De ver a los policías estatales y municipales dan tristeza con sus pistolitas oxidadas y capacitación insulsa. Son borreguitos fáciles para la cena del narco: "plata o plomo" es su bienvenida.

En el gobierno federal veo un par de jovenzuelo hocicones y bravos pero ineptos: uno en los Pinos y otro en Bucareli: cobran como angelitos, trabajan comon esfuerzo pero sus resultados no corresponden a una presidencia de la república y como secretario de gobernación. Es resto del gabinete es un grupo de don nadie que cobran que da gusto y dan resultados que causan depresión cuando no enojo.

En fin. Seguiremos informando.

No hay comentarios: