La realidad de las cosas no siempre es evidente a primera vista.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Quebrándose, quebrándose

Panorama incierto se pinta en los sistemas productivo y financiero del mundo capitalista. En los reportes sobre los daños centrales y colaterales no hay responsables, no hay canallas; sólo se aluden malas decisiones y estrategias fallidas pero de los consignados por enriquecerse a merced de empobrecer a terceros... silencio y vacío. Que falló la vigilancia, que no hubo topes a la voracidad, que se evaporaron los ahorros de mucha gente... ¿y dónde estaba el piloto?

Hay reporte de planes de rescate, préstamos y demás ayudas a las empresas quebradas o a punto de quebrar: eso sí, con cargo al contribuyente. ¿Porqué no pensar en que el gobierno requise tales empresas y las haga funcionar con las reglas de un capitalismo menos salvaje? Esos términos ni siquiera constan en su diccionario.

Mal se describe una crisis tan feroz y devastadora como la que se vive en el mundo capitalista si no se señalan personas y factores responsables de la debacle con una elemental precisión. Si mal se diagnostica el problema, peor se apuntará la solución (es) viable para el caso. Y es que se presenta a la crisis económica casi como un caso de sequía o una alteración en la vida vegetal del planeta. Soluciones viables faltan en este punto.

¿La solución está en volver a la producción agrícola? ¿Veremos surgir un serio y radical reajuste del sistema financiero capitalista? ¿El Estado liberal se moderará y será un factor regulador, vigilante y orientador en la economía capitalista? ¿En qué términos?

Es tiempo de que el Estado (gobiernos) liberal capitalista haga valer su poder soberano en el plano de las economías de las sociedades en que impera. El capitalismo no sólo será considerado como un gran mecanismo para concentrar capital en pocas manos a costa de la gran mayoría sometida para callar, producir y obedecer: debe ser viable para las sociedades donde rige.

¿Será?

domingo, 14 de diciembre de 2008

Tener un líder así o ser un líder así... es una dicha

Tanto por la cuestión de la salud mental de algunos de líderes políticos, sociales y religiosos -actualmente en el ejercicio del poder institucional- como su calidad moral, surge la pregunta sobre si es parte del "sistema" que haya cabida para esta fauna que se da y que en algunos lugares realemente se sufre. La respuesta que surge tiene doble contundencia: a) algunos sistemas están diseñados para ciertos fines y medios que incluyen y soportan liderazgos verdaderamente delirantes como delincuentes en tanto son funcionales a los fines dados. b) Hay actores y sectores sociales beneficiados finales de estos procesos y roles que incluyen delirantes y delincuentes hechos líderes en tal sistema; ello explica porqué no colapsan sociedades e instituciones específicas que viven y sufren tales liderazgos que incluso pueden sentirse tremendamente "exitosos."

En este punto hay una perversión sublime, porque las afectaciones y las consecuencias para numerosas personas llegan a ser históricamente dramáticas. Entre otras situaciones lamentables, está la posibvilidad de que la exposición, la denuncia y evidencia pública de las locuras del gobernante, sean tenidas como simples actos de indisciplina, resentimiento o gratuita oposición, con la correspondiente sanción. Las redes y las cadenas de complicidades entre los beneficiarios del sistema y los silencios prudentes se cierran y así crean las víctimas especiales del sistema, además de las mayorías silentes sufrientes de la perversidad última de los sistemas sociales: la vida en el gozo de una pequeña elite y la vida en el pozo de las mayorías.

La pregunta en cada caso es hasta dónde soportará tan tremenda tensión la soga que sujeta sometidas por el cuello a las mayorías y sostiene a la elite en un mundo de ensueño entre Hummers y fines de semana entre yates y diamantes. Ser profesionista finalmente no era garantía de nada seguro... adiós a la clase media que se va reduciendo en su tamaño y pareciendo más al proletariado. Nuevas tensiones precisan ser nombradas ante la complejidad del nuevo drama humano que parece pintarse en este triste inicial siglo XXI.

Y yo que creía que sólo era por joder...